Al despertar el roció cubría la ciudad. Las flores estaban humedecidas y por sus pétalos se deslizaba el agua con la lentitud de una caricia; los vidrios de las ventanas estaban empañados, el frio era intenso y al asomarse al patio o al jardín se podía respirar la pureza del aire después de ser bañado por aquel milagro llamado lluvia.
Al igual que durante los últimos 16 años la lluvia se había apoderado del día y la noche anterior y entre el tintinear del techo y el vaivén de las ramas del patio las pesadillas de Amelia se habían hecho más claras. Había llovido desde el día anterior a las 6 de la mañana sin detenerse solo hasta minutos antes de que Amelia despertara. Era bastante extraño como desde 16 años atrás todos los 27 de enero a las 6 de la mañana empezara a llover día y hora en que en medio de una tormenta que parecía anunciar el fin nacieron Juana, Amelia y clara; tres niñas que hoy ya son adolecentes; de lugares y vidas distintas unidas por algo mas aparte de su fecha de nacimiento; la lluvia.
La lluvia puede significar muchas cosas; un día de lluvia puede ser melancólico y triste; misterioso y ameno; divertido y alegre puede ser todo a la vez; depende del estado de ánimo, de lo que se pretenda hacer ese día o simplemente lo que a cada quien le produzca en su interior un día de lluvia.
El día en que Juana y las otras niñas nacieron empezaron las tormentas y desde entonces todos sus cumpleaños se han bañado por lluvia y aunque para muchos en especial para Amelia una fiesta de cumpleaños en medio de lluvia sería motivo de tristeza para Juana solo puede ser una razón para reír.
Juana es el resultado de una relación esporádica entre su madre y el vecino de la casa de su abuelo un soñador venido a menos según el viejo; fue concebida en medio de una tormenta luego de que su madre en ese entonces una jovencita no pudo resistirse a la emoción que produce los amores furtivos y tras ver a medio vestir y bañado en lluvia a aquel hombre se entrego a las delicias de una aventura pasajera ; sin pensar en el pecado que significaba según las hermanas del colegio entregarse a amores sin la bendición de la santa madre iglesia.
Sin embargo; el embarazo no fue inmediato fueron muchas las tardes y noches de locuras desenfrenadas, de besos interminables, de carisias desbordantes, de pequeñas muertes. Muchas, hasta que un día el soñador desapareció dejando dentro de las jovencita una pequeña soñadora. Luego de un embarazo en medio de gritos de un padre furibundo; nació Juana maría Juana a secas como ella prefiere sin un pasado , sin un futuro ,sin una historia familiar a cuestas; solo Juana y ya; Pues que mas dan los apellidos los pasados para una niña que en vez de llorar como todos los niños lo hacen al nacer endoso una sonrisa y se durmió plácidamente.
Desde muy pequeña fue notorio que Juana a pesar de los desprecios de su abuelo aquel hombre malhumorado que le gritaba todo el tiempo amargado por una guerra de su juventud y un matrimonio mal llevado que solo le dejaron arrugas en la frente y un corazón de hierro; y el haber crecido sin un padre pues el vecino soñador no fue capaz de amar una hija y se marcho un día de lluvia de esos que alegran la vida a Juana.
Sin embargo; Juana es feliz en realidad lo ha sido siempre y aun mas los días de lluvia esos días que para una soñadora y aventurera como ella son maravillosos pues caminar cubierta por la lluvia sintiendo como las gotas acarician su rostro, juguetea con su cabello y rozan sus labios; como quien roba un beso como si el agua se convirtiera en un amante sin rostro y quisiera acariciar la esbeltez de su figura y la delicadeza de su piel.
La briza que anuncia la pronta llegada de lluvia le recuerda que todo lo bueno en su vida ha pasado en un día de lluvia; benditos días de lluvia, maravillosos por la frescura, divertidos por la posibilidad de saltar entre los charcos y puros por la claridad del aire días en que Juana aprendió a montar bicicleta, dio su primer beso y conoció a simón.
Al igual que durante los últimos 16 años la lluvia se había apoderado del día y la noche anterior y entre el tintinear del techo y el vaivén de las ramas del patio las pesadillas de Amelia se habían hecho más claras. Había llovido desde el día anterior a las 6 de la mañana sin detenerse solo hasta minutos antes de que Amelia despertara. Era bastante extraño como desde 16 años atrás todos los 27 de enero a las 6 de la mañana empezara a llover día y hora en que en medio de una tormenta que parecía anunciar el fin nacieron Juana, Amelia y clara; tres niñas que hoy ya son adolecentes; de lugares y vidas distintas unidas por algo mas aparte de su fecha de nacimiento; la lluvia.
La lluvia puede significar muchas cosas; un día de lluvia puede ser melancólico y triste; misterioso y ameno; divertido y alegre puede ser todo a la vez; depende del estado de ánimo, de lo que se pretenda hacer ese día o simplemente lo que a cada quien le produzca en su interior un día de lluvia.
El día en que Juana y las otras niñas nacieron empezaron las tormentas y desde entonces todos sus cumpleaños se han bañado por lluvia y aunque para muchos en especial para Amelia una fiesta de cumpleaños en medio de lluvia sería motivo de tristeza para Juana solo puede ser una razón para reír.
Juana es el resultado de una relación esporádica entre su madre y el vecino de la casa de su abuelo un soñador venido a menos según el viejo; fue concebida en medio de una tormenta luego de que su madre en ese entonces una jovencita no pudo resistirse a la emoción que produce los amores furtivos y tras ver a medio vestir y bañado en lluvia a aquel hombre se entrego a las delicias de una aventura pasajera ; sin pensar en el pecado que significaba según las hermanas del colegio entregarse a amores sin la bendición de la santa madre iglesia.
Sin embargo; el embarazo no fue inmediato fueron muchas las tardes y noches de locuras desenfrenadas, de besos interminables, de carisias desbordantes, de pequeñas muertes. Muchas, hasta que un día el soñador desapareció dejando dentro de las jovencita una pequeña soñadora. Luego de un embarazo en medio de gritos de un padre furibundo; nació Juana maría Juana a secas como ella prefiere sin un pasado , sin un futuro ,sin una historia familiar a cuestas; solo Juana y ya; Pues que mas dan los apellidos los pasados para una niña que en vez de llorar como todos los niños lo hacen al nacer endoso una sonrisa y se durmió plácidamente.
Desde muy pequeña fue notorio que Juana a pesar de los desprecios de su abuelo aquel hombre malhumorado que le gritaba todo el tiempo amargado por una guerra de su juventud y un matrimonio mal llevado que solo le dejaron arrugas en la frente y un corazón de hierro; y el haber crecido sin un padre pues el vecino soñador no fue capaz de amar una hija y se marcho un día de lluvia de esos que alegran la vida a Juana.
Sin embargo; Juana es feliz en realidad lo ha sido siempre y aun mas los días de lluvia esos días que para una soñadora y aventurera como ella son maravillosos pues caminar cubierta por la lluvia sintiendo como las gotas acarician su rostro, juguetea con su cabello y rozan sus labios; como quien roba un beso como si el agua se convirtiera en un amante sin rostro y quisiera acariciar la esbeltez de su figura y la delicadeza de su piel.
La briza que anuncia la pronta llegada de lluvia le recuerda que todo lo bueno en su vida ha pasado en un día de lluvia; benditos días de lluvia, maravillosos por la frescura, divertidos por la posibilidad de saltar entre los charcos y puros por la claridad del aire días en que Juana aprendió a montar bicicleta, dio su primer beso y conoció a simón.
Sin embargo; un día de lluvia no es para todos motivos de alegría pues suele suceder que en medio de la lluvia el mundo de los vivos y el de los muertos este más cerca; al igual que el de los humanos y el de los seres fantásticos es por eso que mientras Juana ríe al ver caer las gotas, Amelia se asusta por los distintos sonidos que que produce la lluvia ; el croad de los sapos , el golpeteo de las ramas en la ventana, los fuertes truenos mientras tanto Clara se alegra, pues el anuncio de lluvia es el anticipo perfecto que hoy no estará sola pues la lluvia será el puente entre su mundo y el de las hadas.
Amelia es temerosa, triste, melancólica; llora sin razón y humedece las sabanas con las lagrimas y el sudor frio de las noches de lluvia; en un día de lluvia su clarividencia se hace insoportable más aun para una niña que siempre se ha sentido sola a pesar de siempre tener compañía . los fantasmas están presentes desde aquel día de lluvia en que Amelia jugaba en los salones de su casa y se dio cuenta al ver extraños andando por todos lados que durante la lluvia las almas sumergidas en el inframundo regresan a la tierra apoderándose del mundo de los vivos sin que ellos lo noten; caminan por los pasillos donde un día vivieron y murieron cinco generaciones de la familia de Amelia : ella, solo ella sabe que están ahí que caminan sin rumbo perdidos en un mar de recuerdos y esperando en pena que pare de llover al igual que Amelia quien se cubre con las cobijas rogando que paren los rayos, se enmudezcan los truenos y el viento se detenga para que los muertos regresen a sus tumbas y por fin poder salir al jardín olvidar a los fantasmas por un momento y caminar entre las rosas para enamorarse del amor y sentirse segura pues después de la lluvia el cielo es siempre azul.
Por su parte para clara es indiferente que llueva o no es feliz jugando en el patio ; correteando con sus amigos , cubriéndose de estrellas , bañándose bajo el sol; es feliz tocando el aire , hablando con los pájaros , viviendo la música , oliendo los sueños e imaginando el mañana. Nunca se ha sentido sola siempre está rodeada de personas reales o imaginadas en especial los días de lluvia en los que no puede salir de la casa pero ella le abre la puerta a las hadas, los duendes y demás seres fantásticos que vienen a cumplir sus sueños y a recordarle que los días de lluvia son misteriosos y amenos pues el mundo de las hadas se une con el mundo de clara como lo estuvo al principio de los tiempos el de los seres humanos y los seres fantásticos.
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