MALABARES Entre risas y chistes los vamos a enterrar dos ataúdes de niños y uno de adulto abren el desfile y mil malabaristas hacen de este día una fiesta.
Todo comenzó con tres muertos no se quienes; pues, no me atrevo a mirar. solo sé que dos niños y un adulto murieron el día anterior y que por una extraña razón que aun no comprendo me corresponde asistir al entierro.
No es un entierro común pues en vez de un triste luto todos llevan trajes de malabaristas pintorescos, alegres y extrañamente divertidos. Las pelotas vuelan por los aires, las cintas bailan con hermosas damas y las piruetas están por doquier.
Yo extrañamente soy la única que lleva luto, un luto cerrado de esos que ya no se usan y acompaño al sepelio con una incertidumbre muy grande pues se que debo estar ahí pero no se la razón. Tal vez conozco a los muertos pero no quiero mirar, pues si lo hago lo más seguro es que esta noche la pase en vela; tampoco me atrevo a preguntar los nombres de los muertos pues temo que se trate de personas que conozco y no quiero enfrentarme al dolor de una perdida. Así que he decidido seguir en el entierro sin saber nada pues a veces la ignorancia es mejor que la desdicha.
Todo termino la tierra cubrió sus cuerpos y en vez de lagrimas las risas bañaron su recuerdo no se a quien enterré solo sé que a pesar de la fiesta tengo una terrible sensación de soledad.
Todo comenzó con tres muertos no se quienes; pues, no me atrevo a mirar. solo sé que dos niños y un adulto murieron el día anterior y que por una extraña razón que aun no comprendo me corresponde asistir al entierro.
No es un entierro común pues en vez de un triste luto todos llevan trajes de malabaristas pintorescos, alegres y extrañamente divertidos. Las pelotas vuelan por los aires, las cintas bailan con hermosas damas y las piruetas están por doquier.
Yo extrañamente soy la única que lleva luto, un luto cerrado de esos que ya no se usan y acompaño al sepelio con una incertidumbre muy grande pues se que debo estar ahí pero no se la razón. Tal vez conozco a los muertos pero no quiero mirar, pues si lo hago lo más seguro es que esta noche la pase en vela; tampoco me atrevo a preguntar los nombres de los muertos pues temo que se trate de personas que conozco y no quiero enfrentarme al dolor de una perdida. Así que he decidido seguir en el entierro sin saber nada pues a veces la ignorancia es mejor que la desdicha.
Todo termino la tierra cubrió sus cuerpos y en vez de lagrimas las risas bañaron su recuerdo no se a quien enterré solo sé que a pesar de la fiesta tengo una terrible sensación de soledad.
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